La inyección de biobalas en los sistemas de riego ha resultado ser un método eficaz para luchar contra el mejillón cebra, la especie invasora que mayores problemas genera en las infraestructuras hidráulicas del país, entre ellas las valencianas. Se trata de un proyecto pionero liderado por la Universidad de Zaragoza y en el que participan profesionales de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la Universidad Politécnica, entre otros organismos.
El método nació en Cambrigde, con las pruebas realizadas para tratar una potabilizadora, y se ha extendido al ámbito de la Confederación. Se trata de liberar en el agua, de forma controlada, partículas que atacan directamente al bivalvo y que están recubiertas de un material que facilita su ingesta. Para el proyecto se ha utilizado cloruro potásico, una sal especialmente tóxica para el molusco invasor, aunque inocua para la inmensa mayoría de las especies acuáticas.
Los primeros resultados prueban la efectividad de las partículas, en cuyo desarrollo ha colaborado la Politécnica
Un proyecto utiliza sales tóxicas que sólo afectan al molusco al ser liberadas
La CHE, que sufre graves problemas por la presencia del mejillón cebra en embalses e instalaciones de riego, ya ha concluido el informe sobre su efectividad tras las pruebas realizadas en mayo en las instalaciones de la comunidad de regantes de Mora la Nova, en Tarragona. Para el ensayo se utilizaron dos fórmulas distintas de biobalas que al parecer han cosechado muy buenos resultados. Tras su aplicación, se realizó un seguimiento a través de filtros instalados en las tuberías tratadas, «y la proporción de especímenes muertos en los filtros alcanzó el 100%», explicaron desde la CHE. Además, el efecto fue notable en ejemplares de todos los tamaños, y el método también ha resultado efectivo para combatir a la almeja asiática, que registró los mismos niveles de mortandad.
De momento se ha probado su eficacia en sistemas cerrados, aunque el proyecto también valora la posibilidad de implantarlo en ríos y pantanos.
De momento, la incidencia del mejillón en la Comunitat se da en estos últimos, según la información de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Exactamente se ha detectado su presencia en tres embalses valencianos.
Sin embargo, entre los tratamientos que plantea la Confederación para luchar contra la invasión se contempla la posibilidad de utilizar sales potásicas. Además, en 2006, el informe ‘Incidencia del mejillón cebra en los riegos tradicionales y modernizados del Levante Ibérico’, realizado por el investigador del CSIC Rafael Araujo, ya citaba la utilización de balas biológicas de cloruro potásico.
Fuente: Las Provincias