La legionella produce legionelosis, que puede presentar dos formas de enfermedad:
- Neumonía o “enfermedad del legionario”, de carácter grave e incluso mortal. Tiene un período de incubación de 2 a 10 días.
- “Fiebre de Pontiac”, de carácter leve y con síntomas parecidos a una gripe.
Los factores de riesgo individuales para desarrollar la enfermedad son:
- La edad avanzada, en los brotes el 80% de las personas tiene por encima de 60 años.
- El sexo masculino, la razón de masculinidad entre los casos es de 4/1.
- Afecciones respiratorias crónicas.
- Tabaquismo, alcoholismo.
- Inmunosupresión, cáncer, diabetes, corticoterapia.
¿Cómo se transmite la legionelosis?
La legionelosis se contrae a través de las vías respiratorias por la inhalación de aerosoles o la aspiración de agua que contenga la bacteria legionella en cantidades elevadas.
Los aerosoles se forman a partir de pequeñas gotas que pueden generarse al pulverizar el agua o insuflar burbujas de aire a través de ella. Cuanto más pequeñas sean las gotas, más peligrosas son. Las gotas cuyo diámetro es inferior a 5 µ llegan con más facilidad a las vías respiratorias inferiores.
El riesgo de contraer la enfermedad dependerá de la concentración, tipo y virulencia de las bacterias en el aerosol y del tiempo de exposición.
No se ha declarado transmisión de persona a persona y tampoco por ingestión.
Instalaciones asociadas
Las instalaciones que pueden ser fuente de contaminación son aquellas que, tras ser colonizadas por legionella, favorecen la proliferación de la bacteria y producen aerosoles.
Las siguientes son focos potenciales de legionelosis:
- Sistemas de agua caliente y fría
- Torres de refrigeración y condensadores evaporativos
- Bañeras de hidromasaje y fuentes de aguas termales
- Fuentes y aspersores
- Humidificadores ambientales
- Túneles de lavado de vehículos
- Material terapéutico respiratorio y de otro tipo
- Y en general toda instalación que utilice agua y produzca aerosoles…
Prevención de Legionelosis
Para prevenir la legionelosis hay que actuar sobre las 3 etapas que se relacionan a continuación:
- La vía de entrada, controlando la calidad del agua de entrada a la instalación. Ha de ser un agua de calidad controlada, con una concentración de cloro residual que garantice su calidad microbiológica.
- Evitar su multiplicación en el interior de la misma, impidiendo y controlando las condiciones que favorecen su multiplicación, tales como temperatura y presencia de nutrientes (limpieza y desinfección).
- Evitar o disminuir su aerosolización, controlando la generación y el vertido de aerosoles (ubicación de torres de refrigeración, incremento del tamaño de gota de aerosoles…)
Para regular las acciones preventivas citadas se promulgó el Real Decreto 865/2003, de 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis.